¡Llegan los Rusos! La Batalla de Tannenberg.

  Cuando el conde Von Schlieffen trazaba las líneas de su plan militar para Alemania en 1905, era muy consciente de que en la próxima guerra europea su nación debería luchar en dos frentes separados por miles de kilómetros, contra los franceses en el oeste y los rusos en el este. A pesar de tener que librar este tipo de guerra, tanto Schlieffen como los altos mandos militares posteriores confiaban en que esto no supusiera un gran problema. Debido al tamaño del Imperio Ruso y de la debilidad de su sistema ferroviario, su movilización sería lenta, dándoles el tiempo suficiente para derrotar a los franceses y luego enviar a sus tropas rápidamente hacia el este gracias a su excelente sistema de comunicaciones para enfrentarse a los ejércitos rusos. También se esperaba que su aliado, Austria-Hungría enviara tropas para combatir a los rusos.

  Por estas razones el alto mando alemán solamente destinó un ejército, el VIII, en Prusia Oriental, formado por un total de cuatro cuerpos de ejército, algunas divisiones de guarnición y una división de caballería, en total, casi 200.000 hombres, con el objetivo no de atacar a los rusos, sino de retenerlos el tiempo suficiente para que llegaran el resto de tropas del oeste.

El Rodillo Ruso se pone en marcha.

General Paul von Rennenkampf.
General Paul von Rennenkampf.

  El ejército ruso era el mayor de toda Europa en cuanto a número de soldados. Podían disponer de un total de diez ejércitos, pero a pesar de esta abrumadora cantidad de tropas, el ejército estaba bastante anticuado respecto al resto de contendientes. Debido a la vastedad de su territorio se requería de una gran red ferroviaria para una correcta movilización, la cual era muy deficiente. En cuanto a los vehículos motorizados su número era ridículamente inferior )aunque sin embargo contaban con más de trescientos aeroplanos). Estas razones hacian que la movilización fuera muy lenta.

  El alto mando ruso no tenía un plan definido de combate y cuando comenzó la movilización la Stavka, el cuartel general ruso, cometió un grave error. En vez de centrar sus tropas, estos optaron por atacar simultáneamente a los austrohúngaros para acabar con ellos antes de atacar a los alemanes, y para ello se destinaron dos tercios del ejército ruso, más de un millón de hombres, hacia el sur de Polonia, mientras que el tercio restante se envió a Prusia Oriental.

General Alexander Samsonov.
General Alexander Samsonov.

  El 5 de agosto el embajador francés, Paléologue, insistía al zar que ordenara a sus tropas pasar a la ofensiva lo antes posible. Para el 10 de agosto, la movilización estaba muy lejos de estar completa, pero aun así, ante las presiones de sus aliados y la insistencia del zar, la Stavka ordenó al I y II ejércitos, a las órdenes de los generales Rennenkampf y Samsonov respectivamente, que deberían estar en disposición de marchar para el 13 de agosto. Su intención era la de dividirse entre la región de los Lagos de Masuria y coger por sorpresa a los alemanes entre una especie de tenaza.

  Cada uno de los dos ejércitos disponía de unos 200.000 hombres. El teniente general Von Prittwitz, al mando del VIII Ejército, había recibido órdenes de Moltke de defender Prusia pero no permitir, en ningún momento, entablar combate contra fuerzas rusas superiores, replegándose como máximo hacia el otro lado del Vístula.

Gumbinnen, el Primer Choque.

  El 17 de agosto el I Ejército cruzó la frontera. Un día antes, Von Prittwitz, por el cual Moltke no sentía un especial cariño y deseaba sustituirlo, ordenó a su ejército avanzar hacia la zona de Insterburg. Su objetivo era atacar por separado a los ejércitos rusos antes de que estos consiguieran unirse. Se vio sorprendido por los mensajes que le llegaban del comandante del I Cuerpo, el general Von François, que había desobedecido sus ordenes avanzando 20 millas más allá de Gumbinnen, entablando combates el 17 con las avanzadas de Rennenkampf, viéndose obligado a replegarse hacia Gumbinnen. El I Ejército ruso avanzó en su persecución, pero sus líneas de suministro cada vez se estiraban más.

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General von François.

  Para evitar que el VIII Ejército se retirara antes de la llegada de Samsonov, Rennenkampf ordenó a su ejército que se detuviera. Los rusos transmitían sus mensajes por radio sin usar ningún tipo de cifrado, por lo que los alemanes conocían todos sus movimientos. Ante esta situación François telefoneó a Prittwitz para informarle de la situación dorada que tenia ante sus ojos y le solicitaba permiso para atacar de inmediato antes de que llegara el II Ejército ruso. Prittwitz ordenó el ataque la mañana del 20.

  El ala derecha de Rennenkampf fue destrozada y rebasada por el cuerpo del general François, pero en el centro y la izquierda de la línea la situación fue muy diferente, jugando un papel fundamental la artillería rusa que aplastó las líneas alemanes, hasta que se vieron obligadas a retirarse. Pese a la victoria de François en la derecha, a Prittwitz no le quedó otra opción que ordenar la retirada total de sus tropas hacia el Vístula tal y como le había dicho Moltke “Mantenga unido el ejército. No permita que le alejen del Vístula, pero en caso de necesidad abandone la región del Vístula”. Rennenkampf ordenó no perseguir a los alemanes, acción que ha sido debatida desde entonces.

  Moltke estaba furioso, pero tenía la excusa para sustituir a Prittwitz que tanto llevaba buscando.

La Marcha hacia el Sur.

Hindenburg y Ludendorff.
Hindenburg y Ludendorff.

  Ante las noticias de la llegada del ejército de Samsonov, el general Hoffman, segundo al mando del VIII Ejército, propuso otra solución frente al repliegue que pretendía Prittwitz. Proponía, si como según él pensaba Rennenkampf no seguía avanzando, hacer cambiar de rumbo a todo el ejército para dirigirse hacia el sur contra Samsonov. Para ello, el cuerpo de François debía acudir a la derecha del cuerpo del general Scholtz, que cubría el sur, mientras que los cuerpos de Mackensen y Von Below marchaban para situarse frente al flanco izquierdo del II Ejército. Las divisiones de reserva y la caballería se quedarían en posición frente al ejército de Rennenkampf como protección.

  Mientras tanto, en el cuartel general alemán, Moltke y Von Stein debían elegir quienes se encargarían del VIII Ejército. El elegido fue el héroe de Lieja, el general Ludendorff, que sería el nuevo jefe del Estado Mayor del VIII Ejército. Este recibió el mensaje el 22 de agosto: “Usted puede salvar la situación en el Este”. Ahora solo faltaba escoger a un comandante en jefe. Stein recordó a un antiguo compañero suyo retirado que le había escrito una carta al comenzar la guerra: “No me olvides, siempre necesitaréis de un oficial con mando”. Este amigo era Paul von Beneckendorff und Hindenburg. El 22 de agosto ambos generales cogieron un tren que les llevó hacia el este, trayecto durante el cual forjaron una gran amistad.

La Batalla de Tannenberg.

  Tanto Ludendorff como Hindenburg dieron su visto bueno al movimiento ordenado por Hoffman para enfrentarse con Samsonov y dictaron órdenes para que la batalla comenzara el 25 de agosto por parte del I Cuerpo de François, a lo que el protestó, puesto que lo consideraba demasiado pronto: “Si da la orden, como es natural, atacaré, pero mis soldados se verán obligados a luchar con la bayoneta”.

Soldados rusos marchando al frente.
Soldados rusos marchando al frente.

  Pero llegaron buenas noticias. Habían sido interceptados dos mensajes con las órdenes del I y el II Ejército ruso. Para tranquilidad de los alemanes, el avance ordenado a Rennenkampf y su ejército le dejaría bastante lejos de Samsonov y no amenazaría a la retaguardia alemana. Por otra parte, las ordenes de Samsonov eran perseguir a lo que el alto mando ruso creía era un ejército alemán en retirada, cuando en realidad estaban volviéndose para enfrentarse contra él. Era un regalo para los oídos de Ludendorf e Hindenburg. Podrían pillar por sorpresa a Samsonov sin tener que preocuparse del I Ejército ruso.

  Las ordenes despachadas para iniciar los ataques el día 26, dictaban que los cuerpos colocados en los flancos, el de François en la derecha y el de Mackensen y Below en la izquierda, deberían sobrepasar a los rusos para proceder a su envolvimiento. La intención de Samsonov, que era la de marchar en dirección que dejara a su ejército entre el Vístula y los alemanes, también era la de envolverles.

  El mismo día 26 Ludendorff recibió un mensaje del cuartel general alemán; Moltke había decidido enviarle dos cuerpos que habían sido retirados del frente occidental. Estos cuerpos llegarían demasiado tarde para entrar en combate por lo que Ludendorff rehusó de su necesidad.

Batalla de Tannenberg.
Batalla de Tannenberg 26 de agosto.

  La mañana del 26 de agosto comenzó la batalla, cuando el centro de Samsonov recibió la orden de avanzar. A su derecha vieron tropas alemanes en movimiento, y pensando que se retiraban atacaron en su dirección. En realidad era la izquierda alemana que atacaba para envolver el flanco derecho ruso. Durante la noche se produjo un duro enfrentamiento hasta que el VI Cuerpo ruso se replegó. El ala derecha de Samsonov había sido derrotada.

  Mientras tanto, en el centro, se producía una brecha en la localidad de Allenstein que dejaba a sus tropas en una situación vulnerable. Para entonces Samsonov había caído en la cuenta de que ya no se trataba de envolver al enemigo, sino evitar su propio envolvimiento. El 27 de agosto llegó el momento de ataque del ala derecha alemana de François. Su artillería consiguió machacar al I Cuerpo ruso y que este se retirara. En ese mismo momento el cuartel general ruso telegrafiaba a Rennenkampf para que acudiera en ayuda de Samsonov, pero estaba demasiado lejos.

Batalla de Tannenberg.
Batalla de Tannenberg 30 de agosto.

  Durante el tercer día de combate más de 300.000 hombres luchaban en un caótico frente de 40 millas. François volvió a atacar, desobedeciendo las órdenes de Ludendorff de que virara a la izquierda para presionar al centro ruso, y prosiguió avanzando hacia el este para envolver el flanco ruso. Al atardecer, Mackensen y Below sobrepasaban la derecha rusa, Ludendorff le dio a François el visto bueno para que prosiguiera en esa misma dirección. Al anochecer del 28 Samsonov ordenó la retirada, que se realizaría durante el 29 y 30 de agosto produciéndose un gran número de bajas. La noche del 29 el propio Samsonov se quitó la vida de un disparo.

  La victoria fue total, el II Ejército ruso dejó de existir. Los alemanes hicieron más de 90.000 prisioneros y capturaron casi 500 piezas de artillería. El número de muertos se estima en torno a 30.000. Los alemanes también sufrieron numerosas bajas, en torno a 10.000.

Soldados rusos capturados.
Soldados rusos capturados.

  La victoria de Tannenberg, llamada así por la sugerencia de Hoffman en compensación por la derrota que sufrieron los teutones frente a polacos y lituanos en 1410, supuso la derrota del rodillo ruso en el que Francia y Gran Bretaña habían depositado tantas esperanzas. Pero no todo sería positivo para los alemanes, los dos cuerpos movilizados por Moltke y que llegaron demasiado tarde para ser decisivos en el este, serían echados de menos en el frente occidental durante la batalla del Marne.

Bibliografía:

  • Livesey, Anthony: Grandes Batallas de la I Guerra Mundial. Editorial Optima, Madrid 1995.
  • Parker, Geoffrey: Historia de la guerra. Akal, Madrid, 2010.
  • Tuchman, Barbara W.: Los cañones de agosto: treinta y un días de 1914 que cambiaron la faz del mundo. RBA Libros, Barcelona, 2012.

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