Con la toma de Thiepval a finales de septiembre por parte de unidades del Ejército de Reserva de Gough, los aliados habían conseguido conquistar, en las dos últimas semanas de septiembre, una cantidad de terreno similar al conquistado entre el 1 de julio y el 15 de septiembre. La incursión de los tanques y los nuevos planteamientos tácticos (como el uso de las barreras de artillería móviles) habían sido todo un éxito. La primera, segunda y tercera líneas de trincheras alemanes originales, las del 1 de julio, habían sido capturadas; pero una cuarta línea ya había sido construida y se encontraban en plena construcción dos más. Animado por los últimos logros, Haig comenzó a desarrollar un nuevo plan de ataque, el que debía suponer la penetración de las líneas alemanas que había esperado desde el 1 de julio.