Fusil Lee-Enfield de cargador corto Mark III británico.

  Desde la aparición de la pólvora y de las armas de fuego portátiles, estas se convirtieron en el arma estándar de la infanteria. A lo largo de los siglos fueron evolucionando desde los cañones de mano, pasando por los arcabuces y los mosquetes, hasta la aparición del fusil a finales del siglo XVII. Al comienzo de la Primera Guerra Mundial todos los ejércitos europeos tenían su propio fusil, similares entre ellos pero con características propias que los diferenciaban entre sí. Era el arma estándar de los soldados de infantería.

  El fusil Lee-Enfield fue el arma estándar de la infantería británica durante la primera mitad del siglo XX. Introducido por el ejército británico en 1895, se convirtió rápidamente en un arma muy popular por la rapidez con la que se podía disparar y por el tamaño de sus cargadores, de 10 balas, superiores a la del resto de fusiles que usaban cargadores de 5 balas.

Plantilla fusiles

 Una de las características principales del Lee-Enfield era su sistema de cerrojo rápido, que permitía, junto con los cargadores de 10 balas, una cadencia de tiro muy superior a la del resto de fusiles de la época, permitiendo a un fusilero británico experto realizar entre 15 y 30 disparos por minuto. Esta cadencia de tiro convirtió al Lee-Enfield en uno de los mejores fusiles de cerrojo del siglo XX, y fue utilizado por el ejército británico y los ejércitos de la Commonwealth hasta la década de 1960. En cuanto a la longitud del arma y su alcance de tiro, el Lee-Enfield se caracterizaba por tener un cañón bastante más corto (640 mm) que el fusil Máuser alemán o el fusil Lebel del ejército francés. Utilizaba munición del calibre .303 y tenía un alcance efectivo de 503 m.

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Fusil Lee-Enfield Mark III.

  En 1907 se introdujo un nuevo modelo de Lee-Enfield, el Mark III, que presentaba mejoras tanto en la mira como en el cargador. Este fue el modelo de fusil que utilizaron los infantes británicos y de la Commonwealth durante los primeros compases de la guerra. La primera demostración de su potencia de fuego fue en la batalla de Mons, donde la velocidad de disparo de los fusileros asombró a los soldados alemanes. Cuando la guerra se convirtió en una guerra de trincheras el fusil demostró ser más útil que el resto de fusiles de la guerra, ya que su tamaño y su peso (4 kg) lo hacía más manejable en las trincheras.

  Pero el modelo Mark III mostró también algunas desventajas, especialmente en lo concerniente a su fabricación, que resultaba bastante costosa y larga, por lo que se desarrolló un nuevo modelo, el Mark III*, más sencillo y rápido de fabricar y que implementaba algunas mejoras.