El Somme VI: El Último Acto

 A comienzos del mes de noviembre de 1916, alemanes, franceses y británicos llevaban ya 4 largos meses combatiendo y muriendo en el frente del Somme. Por estas fechas todos los contendientes hicieron públicos los logros conseguidos, y también el número de muertes hasta el momento. Los británicos habían sufrido desde el 1 de julio más de 95.000 muertes, mientras que las de los franceses ascendían a unas 50.000. Por su parte los alemanes sumaban un total de 164.000 bajas, más que la de sus enemigos juntos.

  El tiempo seguía empeorando al norte de Francia, el “general invierno” estaba llegando, y las intensas lluvias convertían todo el terreno en un lodazal, como escribía Paul Maze, pintor y soldado francés: “Moverse en las trincheras se convirtió en una terrible prueba. Te hacías a un lado, agarrándote a la superficie del resbaladizo parapeto hasta que tras resbalar hacia abajo varias veces, con el agua escurriéndose por las botas y las polainas, te rendías y caminabas a través del fango…”.

La reunión de Chantilly

  Aun con esto, el 4 de noviembre se lanzaron fuertes ataques para tomar las 2 últimas trincheras que les quedaban a los alemanes en Le Transloy, sin éxito. El V Ejército de Gough se encontraba detenido, hasta que el suelo se secara, como había ordenado Haig. Parecía que ya nada podía hacerse en el Somme que produjera una ruptura de las líneas alemanas antes del invierno. Pero la parca aun haría un último acto de presencia en el Somme.

Sector del Ancre.

  Estaba previsto celebrar una reunión por parte de todos los bandos aliados el 15 de noviembre en Chantilly, donde Haig pretendía alardear de todos los esfuerzos llevadas a cabo por los británicos en el Somme. A pesar de los avances conseguidos especialmente desde septiembre, Haig consideraba que aun necesitaba más de lo que “presumir”. El 8 de noviembre envió a su jefe de estado mayor, el general Launcelot Kiggell a entrevistarse con Gough. El general del V Ejército se quedó perplejo ante el mensaje de Haig de lanzar un ataque para lograr una victoria más antes de la reunión del día 15, es decir, en los 7 días siguientes: “la posición británica se vería algo reforzada si el Quinto Ejército podía lograr alguna victoria antes de la fecha”. El propio Haig le insistiría unos días después “en aquellos momentos el éxito era absolutamente necesario”.

  Gough se reunió entonces con los oficiales de sus tres cuerpos para debatir donde podían atacar. A lo largo del mes anterior, mientras el IV Ejército se lanzaba sobre Le Transloy, los hombres de Gough habían avanzado en una serie de ataques al norte de Thiepval y Courcelette, en las colinas que se encontraban frente al rio Ancre, un afluente del Somme. En este sector apenas se habían realizado avances desde el 1 de julio. Gough y sus oficiales llegaron a la conclusión de que podrían lanzar un ataque que penetrara unos 900 metros en las líneas alemanes, atacando a lo largo del Ancre, con la idea de reducir el saliente que formaban las líneas alemanas entre Serre y Thiepval, con tres objetivos fundamentales, Beaumon-Hamel, Beaucourt y Saint-Pierre-Divion.

  El ataque debía lanzarse en los próximos 7 días, por lo que Gough mantuvo a 5 divisiones en alerta y preparadas para atacar en cuanto el tiempo mejorase lo suficiente. Durante esos días la artillería pesada del V Cuerpo bombardeó las posiciones alemanas de la primera línea todas las mañanas durante una hora. Pero para el 12 de noviembre el tiempo aun no había mejorado. Gough escribió a Haig, informándo de que no podría mantener por más tiempo a sus divisiones a la espera de que mejorase el tiempo, o lanzaba su ataque al día siguiente o tendría que cambiar a las divisiones del frente y postergar sus planes de ataque al menos un mes. Haig aprobó que el asalto comenzara al día siguiente.

La batalla del Ancre

Sector de Beaumont-Hamel.

  A las 5:30 horas de la nublada mañana del 13 de noviembre la artillería británica comenzó un intensísimo bombardeo de unos 15 minutos, que se dice llegó a despertar a Haig en su cuartel de Val Vion, a casi unos 25 km de distancia. Tras la descarga inicial, 43 batallones, unos 40.000 hombres, se lanzaron al asalto como ya habían hecho el 1 de julio, protegidos esta vez por el fuego de barrera móvil de la artillería. Muchos de los alemanes fueron cogidos por sorpresa. La intensa niebla que persistía en algunos sectores, ayudó a los británicos a evitar el fuego de las ametralladoras alemanas. Pero algunos destacamentos alemanes eran dejados atrás intactos por la misma niebla, y disparaban a los británicos desde su retaguardia.

  La 3º División se lanzó al ataque en Serre, como ya había hecho 4 meses antes y desde las mismas posiciones que ocupaban el primer día de la batalla. Soldados del 12º Batallón de la 9ª Brigada consiguieron entrar en la localidad, donde se encontraron con un macabro paisaje, los cuerpos de sus compañeros yacían en el mismo sitio donde habían caído combatiendo el 1 de julio. Al igual que pasó ese primer día, los británicos fueron finalmente rechazados de Serre por un contraataque alemán.

Soldado recogiendo agua en el Ancre.

  Más al sur, dos brigadas de la 51ª División escocesa se lanzaban al ataque con la intención de capturar Beaumont-Hamel, donde se encontraba un complejo sistema de túneles y reductos fortificados, como el de Hawthorn Ridge, donde los Ingenieros Reales detonaron una nueva mina junto a la que habían detonado el 1 de julio. Los escoceses atacaron la Línea Verde, en la carretera de la estación, y la propia localidad de Beaumon-Hamel en su flanco derecho. En la izquierda, varios batallones escoceses junto con el apoyo de unidades de la 63ª División Naval avanzaron lentamente. A las 7 de la mañana recibieron nuevas unidades de refuerzo y 2 tanques.

  Al finalizar el día, Haig se mostró satisfecho con los resultados del combate, sobre todo con la captura de 5000 soldados alemanes. Pero lo cierto es que los británicos no habían conseguido alcanzar ninguno de sus objetivos principales, una triste repetición del 1 de julio.

Caballeria británica en el Ancre.

  El 14 de noviembre se reanudaron los ataques. La 51º División siguió presionando para ocupar Beaumont-Hamel. Esa mañana los 2 tanques que habían acudido en apoyo la tarde anterior consiguieron atravesar la primera línea de trincheras alemanas para luego quedar inmovilizados a causa del barro. Aun así, siguieron abriendo fuego con sus cañones sobre las posiciones alemanas, consiguiendo la rendición de unos 400 soldados enemigos, que descubrieron después que dichos tanques se encontraban inmovilizados. Tras esto, soldados de la Real División Naval, dirigidos por el coronel Bernard Freyberg, entraron en la localidad y los alemanes se rindieron. Uno de los objetivos había sido alcanzado. Freyberg, veterano de Galípoli, resultó herido gravemente durante el transcurso del ataque y fue condecorado con la Cruz Victoria.

Se cierra el telón

  Haig ya tenía lo que quería, y el día 15 de noviembre en la reunión en Chantilly pudo informar a los asistentes que Beaumont-Hamel había sido capturado. Pero la lucha aún no había acabado, ese mismo día. Al norte de Thiepval los hombres de la 39ª División completaron la captura del reducto de Schwaben. Mientras, más al este del Ancre, británicos y sudafricanos se lanzaban continuamente para ocupar el cerro fortificado de Butte-de-Warlencourt, al norte de Le Sars, un punto clave si se quería capturar Bapaume. Durante 5 días de combate el Butte cambio de manos más de una docena de veces. En la actualidad una placa conmemorativa en el cerro dice: “Caminante, estás entrando en este lugar bajo tu propia responsabilidad. Soldados británicos cayeron en 1916 en la batalla del Somme y todavía yacen aquí”.

Prisioneros alemanes capturados en Beaumont-Hamel por la 51ª División.

  Al finaliza el día 15 los combates empezaron a reducirse, Haig ya había conseguido lo que quería, y además aparecieron las primeras nieves de la temporada. Aun así, Gough planeó y lanzó un nuevo ataque al amanecer del día 18 en dirección a Serre en el norte, y la población de Grandcourt al este. Al sur del Ancre la Brigada de Infantería canadiense logró capturar la segunda línea alemana al norte de Courcelette, pero a su izquierda los hombres del II Cuerpo no pudieron alcanzar las afueras de Grandcourt.

  El 19 de noviembre todos los combates en el Ancre, y en el Somme, se detuvieron. Los británicos habían conseguido ocupar la mayoría de los objetivos fijados para la ofensiva de noviembre, excepto la localidad de Serre, en cuyo sector las líneas británicas apenas se habían movido desde el 1 de julio.

Balance final

  El Somme fue un plan muy ambicioso por parte de Haig y los británicos que fracasó estrepitosamente. Al igual que les había ocurrido a los alemanes en Verdún, los británicos no consiguieron romper de ninguna manera las líneas enemigas en ningún punto ni lograr una penetración que comenzaba a parecer un sueño lejano.

Avances en el frente del Somme.

  La mayoría de historiados y analistas que han estudiado la batalla y el conflicto, coinciden en afirmar que el Somme fuera una victoria decisiva de los británicos, de hecho, hablar de victoria en el sentido estricto resulta un tanto confuso, pues se había pagado un altísimo precio por un avance de 8 kilómetros, muy lejos de lo esperado inicialmente. Por ejemplo, la primera línea británica se encontraba al finalizar la batalla a unos 5 kilómetros de la localidad de Bapaume, un enclave estratégico que Haig pretendía ocupar durante las primeras fases del combate.

  A esto debe sumarse el exorbitante número de bajas. Se calcula que los británicos sufrieron un total aproximado de 420.000, de las cuales más de 95.000 fueron muertos. Los franceses por su parte sufrieron unas 200.000 bajas, con un total de 50.000 muertos.

Monumento Memorial de Thiepval. Foto: Chris Hartford from London, UK

  Pero no todo fue negativo para el bando aliado en el Somme. Los alemanes, que a principios de 1916 contaban con un excelente y robusto ejército en el frente occidental habían visto enormemente mermada su capacidad tras las batallas de Verdún y el Somme. En esta ultima los alemanes sufrieron unas 460.000 bajas, con 160.000 bajas y 35.000 prisioneros, un número inferior al de británicos y franceses juntos, pero de difícil remplazo tanto en número como en calidad, para una Alemania que comenzaba a sufrir la falta de recursos y hombres. Aunque los aliados no consiguieron derrotar a los alemanes en el Somme, consiguieron debilitar su capacidad militar.

 A comienzos de 1917 los efectos estratégicos del Somme comenzaron a verse. Hindenburg y Ludendorff, que habían remplazado a Falkenhayn al frente del ejército, decidieron replegar a su ejército a una línea defensiva mucho más fortificada y corta, la línea Hindenburg, unos 48 kilómetros por detrás de sus líneas. Los aliados consiguieron así un avance mucho mayor que el conseguido durante los casi 5 meses de combates en el Somme.

Bibliografía:

  • Gilbert, Martin: La batalla del Somme. La batalla más sangrienta de la Primera Guerra Mundia. Ariel. Barcelona 2009.
  • Livesey, Anthony: Grandes Batallas de la I Guerra Mundial. Editorial Optima, Madrid 1995.
  • Middlebrook, Martin . The First Day on the Somme. Penguin Books. London, 1971.
  • Parker, Geoffrey: Historia de la guerra. Akal, Madrid, 2010.