El Aliado Enfermo de Alemania. La Campaña de Galitzia.

  Tanto en la Primera Guerra Mundial como en la Segunda, Alemania se caracterizó por contar con aliados militares potencialmente mucho más débiles, que les trajeron más quebraderos de cabeza que ayuda y apoyo militar. En la Segunda Guerra Mundial fue la Italia de Benito Mussolini, y ya en la Primera fue el Imperio Austrohúngaro.

  Al inicio de la guerra, Austria-Hungría tenía un ejército bastante obsoleto en comparación con el de sus rivales, pero entró confiada en la guerra, sabiendo que no debería sufrir el temor ante el espectro de luchar en dos frentes separados como le pasaba a Alemania (siempre y cuando Italia, su antigua aliada, ahora más próxima a las potencias de la Entente, se mantuviera neutral), por lo que podría concentrar la mayor parte de sus tropas en un solo objetivo. Alemania contaba con que los ejércitos de su aliado le ayudarían en su lucha en el este contra el Imperio Ruso, pero pronto se mostró que esto no sería posible.

El Ejército Austrohúngaro.

  Las fuerzas militares de Austria-Hungría fueron creadas en 1867, cuando se creó la monarquía dual. Aunque durante los últimos años del siglo XIX se le consideraba un ejército bastante capaz, para cuando estalló la guerra se trataba de un arma bastante obsoleta.

  El ejército estaba formado por tres fuerzas militares separadas; el Ejército Imperial y Real (Kaiserliche und Königliche), el ejército de Austria (el Landwehr) y el ejército húngaro (el Honvdsg). En tiempo de guerra estos tres ejércitos se coaligaban formando una fuerza única.

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Ilustración de 1910 que muestra varios rangos y uniformes del ejército Austrohúngaro.

  Su arma principal, al igual que el resto de ejércitos, era la infantería. Contaba con un total de 169 regimientos de línea, más otros regimientos y batallones de infantería ligera y de kaiserjaeger. También tenía un amplio número de fuerzas de caballería, en total 70 regimientos, divididos en ulanos, dragones y húsares. Todos estos regimientos sumaban en tiempos de paz una fuerza de casi medio millón de hombres. El ejército se levaba por conscripción, y durante tiempo de guerra se esperaba reclutar una fuerza de un millón de hombres, pero lo cierto es que se alcanzó el doble de esa cifra.

  Los hombres reclutados eran de todas las nacionalidades, etnias y religiones que había en el imperio, por lo que había una gran amalgama de lenguas y tradiciones diferentes. A pesar de ello, el ejército se mantuvo como una fuerza cohesionada sin apenas disensiones, debido a la lealtad casi feudal que las tropas tenían hacia la figura del emperador.

  En cuanto al equipo, el ejército estaba armado de manera muy obsoleta respecto al resto de potencias que entraron en la guerra. Especialmente el Ejercito Imperial y Real estaba débilmente entrenado y muy mal equipado. Su fuerza aérea por ejemplo estaba formada solamente por 48 aviones.

Los Planes del Conde.

Franz Conrad von Hötzendorf
Conde Franz Conrad von Hötzendorf.

  Al mando de las fuerzas austrohúngaras estaba el conde y Jefe del Estado Mayor, Franz Conrad von Hötzendorf (1852-1925). A pesar de que sus planes militares fracasarían, el conde era, considerado como un militar y estratega sobresaliente. Los planes militares eran los de dividir sus fuerzas, destinando una parte de los mismos para la invasión de Serbia, que se creía que sería rápida, y el resto hacia el este, para hacer frente a los ejércitos rusos.

  Tanto el conde como el resto de mandos superiores del ejército consideraban, al igual que hicieron los alemanes, que la movilización del ejército ruso seria lenta y tardarían varias semanas en tener listo el grueso de sus tropas, por lo que gozarían del tiempo suficiente para disponer del mayor número de tropas posibles e invadir la Polonia rusa, que formaba un saliente con la Prusia Oriental al norte y la llanura de Galitzia al sur, con la barrera añadida que formaban detrás los montes Cárpatos. En el interior de este saliente se encontraba la ciudad fortificada de Varsovia, que contaba con un anillo de fortalezas impresionante. Este saliente era una trampa mortal, y Conrad esperaba aplastar a las tropas rusas en el saliente con un ataque conjunto de los alemanes desde el norte.

  Pero Conrad cometió enormes errores de cálculo. Para empezar, la movilización rusa no era tan lenta como esperaba, y para el 28 de agosto estos podían desplegar un total de 52 divisiones en el frente, mientras que el disponía de 39. Otro error fue que, a pesar de que la región de Galitzia tiene numerosos ríos que eran barreras naturales defensivas perfectas para los austriacos, Conrad decidió que debía pasar rápidamente a la ofensiva, antes de que los rusos pudieran juntar más divisiones. El ultimo error y más grave fue creer que las fuerzas alemanas avanzarían hacia el sur, pero también ellos tenían que hacer frente al avance ruso en la Prusia Oriental.

La Campaña de Galitzia.

  La campaña que se llevó a cabo, conocida como campaña de Galitzia o también como batalla de Lemberg, se caracterizó porque tanto el alto mando austrohúngaro como el ruso malinterpretaron los planes y movimientos del enemigo.

General Nikolay Ivánov
General Nikolái Ivánov.

  Para la acción en el este, Conrad envió tres ejércitos, el I al mando del general Dankl formaría el ala izquierda; a su derecha se colocaría el IV Ejército del general von Auffenberg en el centro, y en ala derecha el III Ejército del general Brudermann. A ambos lados se encontraba dos grupos de ejército, el de Kummer a la izquierda, y el de Köves a la derecha, con la misión de proteger los flancos del ejército. Formaban en total una fuerza aproximada de un millón de hombres. Además Conrad había ordenado el traslado del II Ejército, que participaba en la malograda invasión de Serbia, para combatir en el este.

  El ejército ruso en el sur estaba bajo las órdenes del general Nikolái Ivánov (1851-1919). Este disponía de cuatro ejércitos que formaban un semicírculo frente al saliente de Galitzia, entre los ríos Dniéster al sur y el Vístula al norte. En su derecha se encontraba el IV Ejército del general Salza, con el V del general Plehve a su izquierda, ambos mirando hacia el sur. En el centro se encontraba el III Ejército del general Ruzski, y formando el flanco izquierdo se encontraba el VIII Ejército de Brusilov mirando hacia el oeste. En total, 1.200.000 hombres.

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Situación de los ejércitos al inicio de la campaña.

  El 15 de agosto Conrad mando a su caballería por delante para inspeccionar el terreno, un frente de casi 400 km. Los informes de la caballería fueron infructuosos, pero Conrad los interpretó de manera distinta. Pensando que no había grandes fuerzas rusas que amenazaran sus fuerzas en el flanco derecho ordenó al I y VI Ejército que marcharan hacia el norte siguiendo la orilla del Vístula, hacia la población de Lublin. Mientras tanto el III Ejército de Brudermann debía quedarse en sus posiciones frente a Lemberg.

  Ivánov, pensando que el grueso del ejército austrohúngaro marchaba en dirección hacia el este, ordenó al IV Ejército de Salza marchar hacia el sur para cortar la línea de suministros del enemigo. El 23 de agosto, Yanushkevich, Jefe del Estado Mayor de los ejércitos rusos del sur escribía al general Ivánov: “Las fuerzas austriacas alineadas contra nosotros son más débiles que aquellas contra las que hemos hecho simulacros”. Pero ese mismo día el IV Ejército se topó con el I Ejército de Dankl en Krasnik. Superior en número, obligó a Salza a retirarse hacia el norte, a 18 km al sur de Lublin. Esta pequeño victoria confió a Conrad en exceso, pensando que se enfrentaba a tropas rusas inferiores en número.

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Infantería austríaca al ataque en Lemnerg, con el apoyo de ametralladoras Schwarzlose.

  Tras la victoria en Krasnik Conrad destinó tres divisiones del ejército de Brudermann al ala derecha de Auffenberg para fortalecerla. El Gran Duque Nicolás seguía pensando que esa fuerza austriaca que avanzaba hacia el norte era la fuerza de protección del flanco enemigo, por lo que ordenó al V Ejército que marchara hacia al oeste y rodeara a las fuerzas enemigas, exponiendo gravemente su flanco al IV Ejército de Auffenberg. Al mismo tiempo Conrad, ordenaba al I y IV Ejércitos que siguieran avanzando al norte, mientras que el III Ejército, debía marchar en dirección al este.

  Mientras que hacia el norte consiguieron una nueva victoria entre el 28 y 30 de agosto en la batalla de Komarov, donde cayeron unos 20.000 rusos y perdieron 100 cañones, en el sur la cosa era totalmente distinta. Tanto Conrad como Brudermann habían subestimado a las fuerzas rusas en la zona. El III Ejército se enfrentaba contra los poderosos III y VIII Ejércitos rusos, que les superaban claramente en número. Tras verse rechazado en el Zlota-Lipa por Brusilov, Brudermann tuvo que retirarse unos 40 km, hasta la ciudad de Lemberg.

Artilleria rusa en Galitzia.
Artilleria rusa en Galitzia.

  A pesar de este revés, Conrad aun pensaba que la victoria en el norte podía compensar el revés sufrido en el sur y concibió un plan tan ambicioso como fantasioso. El I Ejército de Dankl debía seguir avanzando hacia el norte mientras que el IV de Auffenberg debía cambiar de dirección, marchar hacia el sur y atacar a los ejércitos de Ruzski y Brusilov, mientras que el II Ejército, que había llegado el 28 de agosto, atacaba desde el sur.

  Pero en ese mismo momento Ruzski y Brusilov recibían ordenes de marchar hacia el norte para rodear al enemigo, mientras que un nuevo ejército ruso, el IX, era desplegado en el flanco derecho, y junto con el IV debía sobrepasar el ala izquierda enemiga y rodearlos. El día 3 de septiembre cayó Lemberg, y la situación de los ejércitos austrohúngaros en el norte comenzaba a ser desesperada, pues una tenaza se estaba cerrando y la presión sobre los flancos comenzaba a surtir efecto. Para el 8 y 9 de septiembre los generales del norte ordenaron la retirada hacia el sur para evitar la derrota total. El 11 Conrad ordenó una retirada general.

Batalla de Galitzia.
La campaña el 26 de septiembre.

  La línea de retirada pasaba por la ciudad fortificada de Przemysl, que tenía una poderosa guarnición de 120.000 hombres y varios cientos de cañones. El 17 de septiembre los rusos comenzaron el asedio.

El Aliado Enfermo.

  Para mediados de septiembre los austriacos se habían retirado al este de Cracovia. Los resultados de la campaña de Galitzia fueron desastrosos. Se estima que sufrieron alrededor de 140.000 bajas, mientras que otros 65.000 hombres, eslavos la mayoría, fueron capturados por los rusos. A esto hay que sumarle la guarnición de la ciudadela de Przemysl. En total, Conrad había perdido más de 350.000 hombres y 300 cañones. Por su parte los rusos también sufrieron un alto número de bajas, 250.000 aproximadamente.

Fortaleza de Przemysl
Fortaleza de Przemysl.

  Aunque las bajas del ejército austrohúngaro fueron repuestas con el tiempo, el daño ya estaba hecho. La moral y especialmente la cohesión del ejército y su confianza habían sido completamente quebradas, y no volvería a ser un arma eficaz durante el resto de la guerra. Alemania tendría que aportar numerosos contingentes de tropas para apoyar a su aliado.

  De un plumazo, tanto en el oeste como en el este se habían desvanecido todas las perspectivas de lograr una victoria rápida para las Potencias Centrales.