Nueva Victoria en el Este. La Batalla de los Lagos Masurianos

  Tras la derrota y aniquilación del Segundo Ejército ruso de Samsonov en la batalla de Tannenberg, Hindenburg y Ludendorff, al mando del VIII Ejército alemán, decidieron aprovechar la situación en la que se encontraban, con la moral de sus tropas altísima en comparación con la de los rusos y una igualdad numérica, para ordenar un giro y enfrentarse al ahora solitario I Ejército de Rennenkampf. El ejército alemán, ahora reforzado con las unidades trasladadas desde el oeste, contaba con un total de 21 divisiones, 18 de ellas de infantería y 3 de caballería, igualando el número de efectivos con los que contaba Rennenkampf.

El último brazo de la pinza.

General Rennenkampf.
General Rennenkampf.

  Después de la batalla de Tannenberg, el Gran Duque Nicolás, Comandante Supremo de los Ejércitos Imperiales, informó a Rennenkampf, que en aquellos momentos se encontraba avanzando a través de la Prusia Oriental, de la suerte que habían corrido Samsonov y su ejército, ordenando que se detuviera y retrocediera a unas posiciones más firmes. La pinza que los dos ejércitos rusos debían ejecutar sobre los alemanes ya no podía realizarse, y el I Ejército debía pasar a una actitud defensiva y evitar otro desastre como el de Tannenberg.

  Hindenburg ya se encontraba en marcha hacia ellos. Su objetivo era el de envolver otra vez al ejército ruso y romper sus líneas por el punto más débil como ya se había hecho con el ejército de Samsonov. Rennenkampf ordenó a sus tropas, en ese momento muy desperdigadas, marchar hacia una línea defensiva en el rio Omer, entre la ciudad de Königsberg y los Lagos Masurianos.

Soldados alemanes atrincherados
Soldados alemanes atrincherados

  La región de los Lagos Masurianos se encuentra a muy poca altura sobre el nivel del mar, y se trata de un terreno muy llano, con numerosos lagos y corrientes de agua. Esto hacia que maniobrar en la región fuera muy complicado, por lo que Rennenkampf consideraba esta posición como fenomenal para defenderse. Colocó a sus unidades más expertas formando la línea sur, mientras que los nuevos refuerzos, el 16ª Cuerpo, y un considerable número de divisiones se situó más hacia el norte, frente a Königsberg, por temor a un posible ataque de su guarnición. El centro de la línea discurría entre las localidades de Angerburg e Insterburg. Dos divisiones fueron colocadas en reserva.

  Hindenburg, que con la llegada de los cuerpos procedentes del oeste contaba por primera vez con superioridad numérica, estaba decidido a destrozar al ejército ruso. Su objetivo se centró en flanquear y penetrar las líneas rusas por el sur. Para ello, al igual que Rennenkampf, colocó a sus tropas más expertas en su flanco derecho para atacar por el sur, con el 1º y el 17º Cuerpos a las órdenes de Von François ocupando el extremo de la línea.

La Batalla.

  El 5 de septiembre Hindenburg ordenó a su flanco derecho que comenzara el avance, produciéndose los primeros enfrentamientos con la izquierda rusa. Mientras tanto el norte las posiciones rusas eran atacadas por la artillería. Durante los dos primeros días de ataque el ala sur de Hindenburg fue rechazada por el 2º Cuerpo ruso. Para el día 7, François entró en acción con el 1º Cuerpo y consiguió forzar a las unidades rusas a retirarse, replegándose hacia el norte. Muchos soldados y cañones fueron capturados.

  Rennenkampf no esperaba sufrir un grave revés en el sur, pues había esperado un ataque más hacia el norte. Ahora, el repliegue de sus unidades de la izquierda en dirección norte dejaba su flanco expuesto, y se encontró frente a la desagradable perspectiva de verse flanqueado al igual que le había ocurrido a Samsonov en Tannenberg. Por suerte para Rennenkampf, la caballería alemana de la derecha no había podido avanzar a un buen ritmo debido a la dificultad del terreno, y sus unidades en el centro aguantaban bien el ataque alemán, incluso en el norte un contraataque ruso había forzado al 20º Cuerpo alemán a retirarse.

Batalla de Galitzia.
Situación en el frente oriental.

  Pero aun así el ánimo de los soldados y de los mandos era muy bajo, y el miedo a un nuevo desastre hizo que se ordenara un repliegue para el día 9 hacia el este, hacia Gumbinnen, con una serie de pequeños contraataques sobre la línea alemana. Finalmente para el día 11 se ordenó una retirada hacia territorio ruso, al otro lado del rio Niemen. Dos días después Hindenburg, viendo que los rusos se retiraban en toda la línea ordenó a sus alas que forzaran la marcha y persiguieran al enemigo, pero debido a la dificultad del terreno y al rápido movimiento del ejército ruso estos pudieron escapar, aunque con un coste muy elevado.

El fracaso ruso.

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Ametralladoras alemanas en los Lagos Masurianos.

  El plan ideado por los rusos para llevar a cabo un movimiento de pinza con el que rodear al ejército alemán había fracasado estrepitosamente. El II Ejército había sido prácticamente aniquilado, y el I Ejército de Rennenkampf perdió unos 100.000 hombres y un buen número de cañones y equipo. En total, más de 300.000 soldados rusos murieron, fueron heridos o cayeron prisioneros. En menos de un mes, el VIII Ejército alemán había conseguido expulsar a todas las tropas rusas que el 17 de agosto se habían internado en la región de Prusia Oriental.

  Para consuelo del alto mando ruso, la situación de sus ejércitos en el sur, contra los ejércitos austrohúngaros era mucho más favorable, pero la derrota en Prusia dejaba ahora a los alemanes en posición de apoyar a sus aliados desde el norte.

  A pesar de los reveses sufridos en la campaña, mucho mayores en cuanto a números que el fracaso de los alemanes en el Marne, la Stavka rusa, confiando en el gran número de las reservas de las que disponían, preparaba una nueva campaña contra los alemanes, aunque su objetivo ya no sería la Prusia Oriental.