Galípoli I: Las Operaciones Navales

  La campaña de los Dardanelos, o campaña de Galípoli (llamada Canakkale por los turcos), fue el intento de los aliados de apartar al Imperio Otomano de la guerra y avanzar en el conflicto tras el estancamiento en Europa. Winston Churchill planeó forzar el estrecho de los Dardanelos con la Royal Navy, pero los mandos se dieron cuenta que se necesitaría un desembarco terrestre para tener éxito. Una campaña que debía durar unas 4 semanas, se prolongó durante más de 9 meses.

  Galípoli, al igual que el Somme o Paschendaele, ha pasado a convertirse en un símil de inutilidad y pérdida de vidas. Pero Galípoli también supuso el nacimiento de la identidad nacional de Australia y Nueva Zelanda, simbolizada a través de los soldados ANZAC, que demostraron ser tropas con un gran valor y heroísmo.

Los rusos piden ayuda.

  El 1 de enero, cuando la batalla de Sarikamis estaba en su punto más álgido, los rusos se pusieron en contacto con el gobierno inglés para que llevaran a cabo alguna acción militar de distracción contra los turcos y aliviar así la presión sobre el Cáucaso.

  En un primer momento, el secretario de estado de guerra, Lord Kitchener, se mostró contrario a esto, pues el pequeño ejército británico, que había quedado muy mermado tras las bajas sufridas en Ypres, estaba totalmente concentrado en Francia y Flandes. Pero sabía perfectamente que de tener que llevar acabo un ataque sobre los turcos, el punto donde este debía de hacerse era en los Dardanelos.

  Pero si alguien estaba decidido a aceptar la petición de los rusos, ese era Winston Churchill. El primer lord del Almirantazgo había visto como durante los meses de guerra transcurridos, el papel de la marina británica había sido mínimo, y ahora veía una gran oportunidad de pasar a la acción, especialmente tras la humillación sufrida en el Mediterráneo con la malograda persecución del SMS Goeben y el SMS Breslau, ahora bajo bandera turca.

  Dentro de los planes prebélicos que todas las potencias habían estudiado en caso de estallar una guerra, los británicos habían barajado la posibilidad de llevar a cabo acciones anfibias contra los alemanes en la costa báltica. Churchill consideró que estos planes podían extrapolarse a Turquía. Contando con el apoyo del ministro de la marina, Jackie Fisher, comenzaron a prepararse los planes para atacar el estrecho de los Dardanelos.

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Estrecho de los Dardanelos. Foto State Library of New South Wales.

  Los Dardanelos eran un punto clave estratégico. El estrecho estaba protegido al oeste por la península de Galípoli, que se extiende 75 km hasta el Cabo Helles. Se trata de una fortaleza natural; montañosa y con profundos barrancos, con cordilleras costeras. La distancia del estrecho es de 56 km, su anchura media es de 3 km de ancho, en la parte más estrecha es de un km y medio, con fortificaciones a ambos lados.

  Durante años anteriores se había estudiado una incursión de la flota británica en los Dardanelos, con el fin de forzar el paso del estrecho, bombardear las fortificaciones turcas que protegían el estrecho desde ambos lados y amenazar la propia capital otomana. Pero desde un primer momento quedo patente que la incursión única de la flota no serviría de nada si no se llevaba a cabo conjuntamente un desembarco de tropas.

El plan de Churchill.

  Los mandos y el gobierno británico veían en esta campaña no solo la posibilidad de ayudar a Rusia distrayendo tropas del Cáucaso y abriendo una ruta directa con las bases del Mar Negro (Odessa y Sebastopol); consideraban que obteniendo una victoria que amenazara directamente Estambul los turcos se apartarían de la guerra. Además, consiguiendo tomar el estrecho se forzaría a los reinos de Rumania y Bulgaria a que no entraran en la guerra del lado de los imperios centrales, a que Grecia se alinease definitivamente con los aliados, y dar un apoyo directo a los serbios, forzando a los austrohúngaros y alemanes a destinar fuerzas a un nuevo frente en los Balcanes.

Las defensas de los Dardanelos
Las defensas de los Dardanelos.

  Churchill, tras haber recabado numerosos informes de almirante y especialistas, llegó a la conclusión que la acción combinada de 15 acorazados y cruceros, junto con varios dragaminas, los fuertes serian destruidos y el canal abierto. Presentó el proyecto al gobierno y este lo aceptó el 28 de enero. Arthur James Balfour, ex Primer Ministro británico y posteriormente sustituto de Churchill como Primer Lord del Almirantazgo dijo: “Es difícil imaginar una operación que permita concebir más esperanzas”.

  A principios de febrero se pone el plan en conocimiento del alto mando francés, que da su aprobación al considerarse una acción únicamente naval. Tanto la marina como el gobierno francés consideraban el ataque contra los Dardanelos como impracticables, pero no se mostraron dispuestos a quedarse atrás si los británicos llevaban a cabo sus planes.

Churchill y Lord Fisher
Winston Churchill y Lord John Fisher.

  Los alemanes también eran conscientes del riesgo que supondría una victoria aliada en los Dardanelos. Wilhelm Groener, jefe del ferrocarril del Estado Mayor escribió en su diario el 9 de marzo de 1915, cuando ya se había iniciado la campaña: “No me parece imposible que la cuestión de los Dardanelos pueda dar un vuelco radical a la guerra”. Avisaron al gobierno otomano sobre los planes aliados de atacar el estrecho, y enviaron a numerosos oficiales para que entrenaran y dirigieran a las fuerzas turcas. Henry Morgenthau, embajador norteamericano escribió al recorrer las defensas turcas: “Mi primera impresión fue la de encontrarme en Alemania. Los oficiales eran prácticamente todos alemanes y en todas partes los alemanes construían contrafuertes con sacos de arena y reforzaban lo emplazamientos”.

  El almirante Sackville Carden fue puesto al mando de la operación. Nada más aceptar el mando y estudiar los planes propuestos por Churchill, se da cuenta de que los fuertes otomanos no podrían ser destruidos totalmente usando el bombardeo naval, sería necesario un desembarco terrestre.

Internándose en el estrecho.

  El plan era internarse en el estrecho con los buques de guerra y bombardear las fortificaciones de los otomanos hasta que fueran destruidas, eliminar las minas marinas y dejar libre el camino hacia Estambul. Pero pronto los problemas del plan comenzaron a aparecer. Para llevar a cabo un bombardeo efectivo de las posiciones turcas los barcos debían internarse en aguas del estrecho pero estas debían ser previamente limpiadas de minas, pero los dragaminas no podían internarse en el canal y hacerlo con total seguridad debido al fuego de los cañones apostados en las fortalezas otomanas.

La flota de los Dardanelos
La flota de los Dardanelos.

  El 19 de febrero a las 07:30 se puso en marcha el plan y se llevó a cabo un primer intento. Dos destructores fueron enviados al interior del estrecho y recibieron fuego de artillería desde las fortificaciones turcas. Dos acorazados, el HMS Cornwallis y el HMS Vengeance fueron enviados para bombardear a los turcos, disparando la primera salva a las 09:51. La primera intentona se saldó con escasos éxitos.

  El 25 de febrero se llevó a cabo un nuevo intento. En esta ocasión los turcos habían abandonado las defensas exteriores del estrecho, por lo que la flota pudo internarse más en el estrecho y eliminar algunas minas marinas. El 1 de marzo cuatro acorazados pudieron aproximarse para bombardear las defensas intermedias.

 Durante los días 4,13 y 15 de marzo se llevaron a cabo algunas acciones que lograron pequeños éxitos, pero no aquellos que se esperaban.

El acorazado francés Bouvet minutos antes de hundirse el 18 de marzo.
El acorazado francés Bouvet minutos antes de hundirse el 18 de marzo.

  Churchill siguió insistiendo y el 18 de marzo se llevó a cabo un nuevo y último intento con 18 buques y pequeños barcos pesqueros transformados en dragaminas, que sucumbieron ante los cañones turcos y ante el fuerte oleaje del canal, que los arrastró contra las hileras de minas marinas. A las 13:54 el acorazado francés Bouvet chocó contra una mina y se fue a pique unos minutos después, con 639 hombres a bordo. A las 16:00 el Inflexible chocaba contra otra mina cerca de donde se había hundido el Bouvet, perdiendo 30 hombres. Poco después fue el Irresistible el que chocaba contra otra mina y era abandonado. A las 18:05 al Ocean le ocurría lo mismo. La operación se saldó en total con dos buques ingleses y uno francés hundidos, y otros tantos seriamente dañados.

El HMS Irresistible abandonado el 18 de marzo.
El HMS Irresistible abandonado el 18 de marzo.

  A pesar de estos resultados Churchill se mostró insistente en proseguir con el plan, pues aseguraba que los cañones de las fortalezas debían de haber agotado casi toda su munición. John De Robeck, almirante al mando de la flota en sustitución de Sackville Carden, que había caído enfermo, declaró a sus superiores que la armada no podía silenciar los cañones turcos por sí sola, necesitaba la cooperación del ejército.

  La acción requeriría de una fuerza naval y de un número reducido de tropas terrestres, algo acorde con las capacidades de las unidades militares británicas, nada habituadas a los grandes enfrentamientos que estaban sufriendo en Francia y que las habían diezmado.

  La unión entre ambas fuerzas sería fundamental, la marina necesitaría de una fuerza terrestre que ocupara las posiciones turcas en el estrecho, y las tropas necesitarían los cañones de la armada como soporte. La pregunta que se hicieron los mandos fue ¿dónde realizar el desembarco? La respuesta no tardó en llegar, el lugar idóneo era la península de Galípoli.