La Hora del Élan; los Franceses Atacan.

  Durante la primera semana de agosto, mientras el flanco derecho alemán se internaba en territorio belga y se disponía a rendir las fortificaciones de Lieja, punto clave en su ruta de invasión; en Francia, el general Joseph Joffre, comandante en jefe del ejército francés, y su estado mayor, consideraban que este movimiento por Bélgica era una simple distracción, a pesar de que algunos informes avisaban de la presencia de casi un millón de soldados alemanes. Joffre estaba dispuesto a ejecutar el Plan XVII, que consistía en atacar a los alemanes para intentar recuperar las provincias perdidas de Alsacia y Lorena, así como atacar en otros puntos de la frontera. Durante las dos semanas comprendidas entre el 7 y el 23 de agosto se librarían una serie de batallas que se conocen como las Batallas de las Fronteras. Estas son la batalla de Mulhouse que se libró del 7 al 10 de agosto, la de Lorena entre el 14 y el 25 de agosto, y las batallas de las Ardenas, Charleroi y Mons libradas el 21 y el 23 de agosto respectivamente.

Plan XVII

Ferdinand_Foch_pre_1915
Ferdinand Foch.

  El Plan XVII, diseñado por el general francés Ferdinand Foch en 1913 y rápidamente elegido como el plan militar a seguir en la próxima guerra consistía en concentrar tantas tropas como fuera posible en la frontera con Alemania, contabilizando un total de cuatro ejércitos, los cuales serian lanzados al ataque contra el flanco izquierdo alemán e intentar reconquistar Alsacia y Lorena, las regiones perdidas por Francia durante la guerra Franco-Prusiana. El alto mando francés consideraba que los alemanes lucharían encarnizadamente por no perder estas regiones. Un quinto ejército francés sería enviado a la frontera belga.

  Aunque los franceses sabían que el número de efectivos sería quizás alfo inferior en tamaño al del ejército alemán, los mandos y dirigentes confiaban en el élan de sus soldados, el espíritu combativo francés que insuflaría animo a sus hombres y les llevaría a conseguir la victoria final.

Plan XVII.
Plan XVII.

  El plan estaba desde sus inicios destinado al fracaso. La aplicación por parte de los alemanes del Plan Schlieffen, el cual haría que su flanco derecho fuera el más fuerte para rodear a los franceses, debilitó el resto de posiciones alemanas, pero los mandos habían dado órdenes a los generales encargados del flanco izquierdo que no solo no deberían atacar, sino que incluso deberían retirarse parcialmente para que así los franceses penetraran aún más en su territorio, facilitando la labor de envolvimiento. El alto mando francés consideraba que cuanto más fuerte fuera el flanco derecho enemigo “mejor para nosotros”.

Los cinco ejércitos franceses se encontraban dispuestos a lo largo de toda la frontera, con un total de 70 divisiones, divididos en su centro por las zonas fuertemente fortificadas de Verdún y Toul. Hacia el sudeste de esta posición, en el flanco derecho, se encontraban el I y el II Ejército, mandados por los generales Dubail y Castelnau respectivamente, enfrentados al VI y el VII Ejército alemanes en Alsacia y Lorena. Al otro lado de Verdún, formando el centro se encontraban el IV y el III Ejército cuyo objetivo era atacar el centro de la línea alemana. A su izquierda, cubriendo el flanco de la línea, se encontraba el V ejército del general Lanzerac, cuya misión era atacar en dirección a las Ardenas. El general se mostraba preocupado ante la perspectiva de tener que soportar el ataque del flanco derecho alemán con sus tropas y con el apoyo a su izquierda de la Fuerza Expedicionaria Británica; y así se lo hizo saber en una carta a Joffre: “Claramente, tan pronto como el Quinto Ejército se vea lanzado a una ofensiva en dirección a Neufchâteau, en las Ardenas, le será completamente imposible detener un ataque alemán más al norte”.

Batalla de Mulhouse

Coraceros franceses marchando hacia Alsacia.
Coraceros franceses marchando hacia Alsacia.

  La batalla de Mulhouse, librada entre el 7 y el 10 de agosto, fue el primer choque de importancia entre los ejércitos franceses y alemanes de la Primera Guerra Mundial. Hacia la derecha del flanco francés en Alsacia y Lorena, se había creado un ejército especial de asalto, de manera similar al creado por los alemanes para tomar Lieja, formado por unidades del I Ejército francés, el VII Cuerpo y la 8º división de caballería. Su objetivo era el de avanzar hasta tomar la localidad de Mulhouse, para luego virar hacia el norte y ocupar Colmar. Ambas localidades se encuentran en la orilla occidental del Rin, y su ocupación debía servir para establecer una base de asalto a esta línea de defensa alemana. El general von Heeringen, al mando de las posiciones alemanas, había recibido órdenes de Moltke de que no solo no debería atacar a los franceses, si no que en caso de no poder retener su posición firmemente, se retirara gradualmente, pues así los franceses penetrarían más en territorio alemán y destinarían un número mayor de tropas.

Soldados franceses cargando a la bayanota durante la batalla de Mulhouse
Soldados franceses cargando a la bayanota durante la batalla de Mulhouse.

  El 7 de agosto, el VII Cuerpo del general Bonneau cruzó la frontera. Tomaron la población de Altkirch a la bayoneta, como en guerras anteriores. Al día siguiente entraron en Mulhouse sin pegar un solo tiro, los alemanes la habían abandonado. La toma de Mulhouse fue vista como un gran triunfo y celebrada jubilosamente por las calles de Paris. Pero Bonneau no tuvo tiempo de organizar la marcha hacia Colmar, von Heeringen había recibido refuerzos y para el día 9 ya había tomado posiciones frente a Mulhouse. Al día siguiente, ante el temor de verse completamente cercados, Bonneau ordenó la retirada de Mulhouse, cayendo de nuevo está en manos alemanas. Joffre estaba furioso, destituyo a Bonneau y organizó una nueva fuerza a las órdenes del general Pau para retomar Mulhouse.

Ofensiva en Lorena

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Príncipe Rupprecht de Baviera.

  Mientras en Alsacia se intentaba de nuevo ocupar Mulhouse, el I y el II Ejército de Dubail y Castelnau recibían la orden el 14 de agosto de pasar a la ofensiva. Sus objetivos eran las localidades de Sarrebourg y Morhange respectivamente. Ambas posiciones estaban fuertemente defendidas por los alemanes del VI y VII Ejército bajo las ordenes del príncipe Rupprecht y de Von Heeringen, que habían fortificado sus posiciones con trincheras, alambradas, y estaban bajo la protección de artillería pesada. Los franceses confiaban en tomar ambas poblaciones contando más con el élan que con su artillería pesada, pues el ejército seguía confiando más en sus cañones de 75 mm que en la artillería pesada de campaña de 105. Rupprecht, superior de Heeringen, había recibido la orden de retirarse paulatinamente para crear una especie de bolsa confiando que los franceses aumentarían el número de tropas enviadas a combatir, y así se hizo durante los primeros días. El 17 de agosto Castelnau ocupó Morhange, y el 18 Dubail hizo lo propio con Sarrebourg. Se había cumplido el plan y de momento el Plan XVII parecía funcionar, aunque sin saberlo, en realidad estaba empezando a desmoronarse.

Lanzerac Avisa

  Mientras se desarrollaba la ofensiva en Lorena, Lanzerac, al mando del V Ejército ocupando el flanco izquierdo francés, se mostraba enormemente preocupado ante sus órdenes de realizar una ofensiva hacia las Ardenas, pues no dejaba de recibir informes del enorme número de tropas del flanco derecho alemán. Informó de esto al cuartel general de Joffre, si debía marchar hacia las Ardenas no tendría tropas suficiente para repeler a los alemanes, poniendo en peligro a todo el ejército. Joffre y su alto mando creían que las cifras barajadas para los alemanes no eran reales, y no se preocupaban de ello; además contaban que la llegada de la BEF (la Fuerza Expedicionaria Británica) al flanco izquierdo ayudara a repeler una ofensiva.

General Charles Lanzerac, el Viejo León.
General Charles Lanzerac, el Viejo León.

  Finalmente, el 15 de agosto, ante el abrumador número de informes, Joffre aceptó el posible riesgo que corría y ordenó a Lanzerac que girara su ejército para enfrentarse a la amenaza que llegaba del norte y formara con los británicos en su flanco izquierdo. Ahora serían el III y el IV Ejército los encargados de la ofensiva en las Ardenas. Este cambio en la estrategia francesa es conocido como la Orden Número 10. A pesar de que sus demandas fueron atendidas en parte, Lanzerac seguía mostrándose muy preocupado y descontento, pues no se veía capaz de soportar a la poderosa derecha alemana. Y más aun, los británicos todavía no habían llegado a ocupar sus posiciones a su izquierda. Sir John French, general al mando del BEF, se reunió con Joffre el día 16 y le prometió que sus tropas estarían listas para pasar a la acción el día 21, pero cuando se reunió con Lanzerac el 17 y estudiaron los mapas, le confirmó que no estarían listos hasta el día 24. El general francés se vino abajo, e informó al alto mando francés de que no podría contar con los ingleses “en el caso de una retirada”.

  Mientras tanto en Lorena, el príncipe Rupprecht solicitaba permiso para pasar a la ofensiva, pues consideraba que era la mejor opción para atraer en su frente al mayor número de tropas francesas. Recibió permiso de Moltke y el 20 de agosto, el mismo día que los alemanes ocupaban Bruselas, Rupprecht pasó a la ofensiva. Castelnau, que había tenido que prescindir de uno de sus cuerpos que habían sido enviados a Lanzerac, tuvo que retirarse a Morhange, mientras que Dubail informaba de que debía hacer frente a numerosos ataques. También llegaron noticias de Alsacia; Pau había ocupado Mulhouse de nuevo, pero ante el movimiento entero del frente francés hacia el norte, debía abandonarla para ocupar de nuevo sus posiciones.

  El ejército francés estaba dirigiéndose sin saberlo a uno de los peores desastres militares que nunca jamás hubieran imaginado.