La Ofensiva de Nivelle II. El Camino de las Damas

  Los británicos habían conseguido en Arras uno de sus mejores resultados militares en lo que iba de guerra, la conquista de la cresta de Vimy. Pero dicho éxito no fue aprovechado, principalmente debido a la falta de flexibilidad del plan aliado, pues no olvidemos que la batalla de Arras no era más que un mero ataque de distracción para la que realmente sería la auténtica ofensiva aliada, la realizada por el ejército francés al sur, sobre el rio Aisne, en un sector conocido como el Chemin des Dames (Camino de las Damas).

  El ataque entre las localidades de Reims y Soissons, al sur de lo que era el gran saliente alemán, había sido planificado previamente por Joffre y el alto mando francés como una posibilidad viable. El alto mando alemán también lo había visto así, lo que fue una de las razones del repliegue hacia una línea mejor defendible. A pesar de dicho repliegue, Nivelle se mostraba decidido a realizar el ataque hacia Soissons.

El optimismo de Nivelle

  Nivelle creía que sus hombres eran capaces de romper el frente alemán en unas 48 horas. Rebosaba optimismo por todas partes. Consideraba que el ejército francés era capaz de semejante hazaña utilizando las tácticas que tan buen resultado le habían dado al propio Nivelle en los contraataques llevados a cabo en Verdún: avanzar con la infantería cubiertos por barreras de artillería móvil.

Frente del Aisne.

  El ataque estaba planeado para el 16 de abril, justo una semana después de que los británicos lanzaran su ataque sobre Arras, con la esperanza de que estos retuvieran en el norte el mayor número posible de refuerzos. Ludendorff era conocedor de una inminente ofensiva aliada, pero el Alto Mando alemán no mordió el anzuelo lanzado por Haig, y no se mandaron grandes refuerzos a Arras, sino que la mayoría de ellos permanecieron en el Aisne, esperando el más que posible ataque francés. Los alemanes tenían superioridad aérea en el sector, y podían observar los movimientos de tropas del enemigo. Los franceses contaban con unas 50 divisiones para el asalto, mientras que los alemanes tenían 43 divisiones, un margen demasiado escaso para el éxito de los atacantes.

  El asalto se realizaría a lo largo de un frente de 20 km, duramente castigado por la artillería francesa. Tras el bombardeo previo, 3 ejércitos franceses atacarían a lo largo del Aisne. En el flanco izquierdo se encontraba el V Ejército del general Mazel, y en el derecho el VI del general Mangin. Por su parte el IV Ejército del general Anthoine lanzaría un ataque de distracción más al sur, sobre la región de Champagne. El principal objetivo del ataque era ocupar las colinas que se dominaban el sector del Chemin des Dames.

Sangre sobre el Aisne

Trinchera alemana sobre el Aisne.

  A las 6:00 del 16 de abril, en una mañana nublada, los hombres de V Ejército salieron de sus posiciones cubiertos por el fuego de la artillería, pero las cosas se torcieron desde un inicio: el bombardeo previo no había eliminado las alambradas alemanas, y la barrera móvil de artillería no funcionó como en Verdún, ya que los observadores aéreos fueron eliminados por la superior aviación alemana. Por si fuera poco, los franceses se encontraron con una durísima cortina de fuego de ametralladoras, que causó numerosas bajas entre las filas francesas. La artillería alemana comenzó también a bombardear el terreno. Los pilotos alemanes informaban con total libertad del movimiento de los batallones y tanques franceses. A pesar de las cada vez mayores bajas, el V Ejército continuó presionando, y soldados de la Brigada Expedicionaria Rusa lograron capturar la localidad de Coucy, en el flanco derecho de su ataque, pero no lograron forzar el paso del canal del Aisne-Marne, vital para proseguir con los avances. Fue más al norte de Reims donde los franceses lograron atravesar el canal y ocupar la localidad de Bermericourt.

  Aun así, los alemanes consiguieron repeler los ataques realizados en el flanco derecho, al sur del rio, y los franceses se vieron obligados a retroceder hacia sus posiciones de inicio. A la izquierda de Bermericourt tuvieron más éxitos, logrando avanzar unos 4 km al norte de Berry, llegando a las posiciones de la segunda línea alemana.

Soldados franceses atacando en el Chemin des Dames.

  Las unidades francesas del V Ejército estaban agotadas y habían sufrido numerosas bajas, y, por si fuera poco, los tanques que debían ofrecer apoyo para avanzar más allá de la segunda línea enemiga llegaron con retraso, y la mayoría de ellos fueron inutilizados por la artillería alemana. Estos lanzaron una serie de poderosos contraataques que rompieron las nuevas líneas francesas, logrando recapturar Bermericourt. La 37ª división francesa fue expulsada de sus posiciones al norte del Aisne, recapturando la línea defensiva alemana alrededor de Loivre.

  En el flanco izquierdo, más al norte, el ataque del VI Ejército, realizado entre las localidades de Oulches y Soupir, tuvo aún menos éxito que el del V Ejército. Se consiguieron avances dispares a lo largo de su frente de ataque. La mayor penetración fue la realizada en su flanco derecho por la 153ª división, que logró avanzar unos 2 km hasta llegar a las posiciones del Chemin des Dames. A pesar de estos avances, en ningún momento se logró una ruptura del frente alemán, y su segunda línea defensiva permanecía prácticamente intacta. Aun así, unidades del VI Ejército siguieron presionando durante la noche y el día siguiente, logrando un repliegue alemán desde Laffaux hasta el Chemin des Dames. Con este repliegue, soldados del VI Ejército y del V, al que Nivelle había ordenado el 17 atacar hacia el norte, lograron avanzar unos 6 km.

El pueblo de Soupir.

  En la madrugada de ese mismo día, el IV Ejército, situado en el flanco derecho del V, recibió la orden de atacar al este de Reims, en un frente de unos 10 km., en lo que se conocería como la Batalla de las Colinas (Bataille des Monts). Los franceses lograron éxitos a lo largo de la línea de avance, especialmente en su flanco izquierdo. Muchos de los refuerzos alemanes habían sido enviados al norte en el Chemin des Dames.

  El 21 de abril Nivelle envió al X Ejército, a las órdenes del general Duchene, a ocupar posiciones entre el VI y el V Ejército, para seguir presionando a lo largo del Chemin des Dames. Durante la última semana de abril y la primera de mayo, los franceses lograron avanzar otros 4 km y ocupar algunas posiciones clave.

Tanque francés St. Charmond.

  Para el 9 de mayo todos los combates en el sector habían cesado. Los franceses habían logrado profundizar entre 6 y 7 km en las líneas alemanes, sobre todo en el frente del VI Ejército, y conseguido la captura de varios miles prisioneros alemanes. Pero Nivelle no había conseguido su ansiado objetivo. Tras anunciar a sus aliados y mandos que la ofensiva rompería la línea alemana en apenas 2 días, estas conquistadas no significaban nada. De hecho, a los 2 días de haber comenzado la ofensiva, estaba claro que la intención de Nivelle no se cumpliría. Los alemanes sufrieron unas 160.000 bajas, pero causaron unas 187.000, una autentica sangría para el ejército francés.

Motines

  Las consecuencias de la desastrosa ofensiva no tardaron en llegar. Tras la sangría sufrida por el ejército francés el año anterior en Verdún, las miles de vidas perdidas en el Chemin des Dames en un ataque sin sentido fueron la gota que rebalso el vaso. El ejército francés estaba al borde del colapso.

  Las causas del amotinamiento fueron varias. Lo soldados comenzaban a estar cansados de la guerra, que ya estaba en su tercer año. Las situaciones de vida en las trincheras eran deplorables, mala comida, falta de aprovisionamiento, etc. Además, la mayoría de los soldados no recibían permisos temporales para volver a sus casas. Pero sobre todo lo que más hastiaba a los soldados era la ineficacia de sus mandos, estaban cansados de luchar en combates sin sentido donde les esperaba una muerte casi segura.

Fusilamiento de un soldado francés. La fecha de la fotografía es incierta, se desconoce sí es de la época de los motines.

  Los motines se iniciaron el 3 de mayo, con la ofensiva aun en marcha, en uno de los cuerpos de ejército. Rápidamente se extendió como la pólvora a otros cuerpos, hasta afectar a 16 cuerpos. Se desconoce cuál es el número total de soldados que participaron en los motines, se estima entre 40.000 y 80.000. Los amotinados afirmaban estar dispuestos a seguir defendiendo las trincheras, pero se negaban a realizar ataques con las ametralladoras enemigas. A finales de mayo el motín fue en aumento, y varias unidades se negaron a marchar al frente. El 15 de mayo Nivelle fue relevado de su mando y sustituido por el general Pétain, el héroe de Verdún.

  Pétain, decidido a acabar con los motines, recorrió en junio todo el frente francés. Por un lado, accedió a muchas de las peticiones de los amotinados, ordenó el cese las grandes ofensivas, aumentó el número de permisos, y mejoró los campamentos de retaguardia. Pero por otro lado ordenó el arresto de más de 3000 amotinados que fueron llevados ante consejo de guerra. De entre ellos, cerca de 500 fueron condenados a muerte por fusilamiento. 34 de estas sentencias fueron cumplidas. Para finales de junio el motín había sido sofocado.

  La ofensiva de Nivelle fracasó estrepitosamente, salvo en el ataque británico en Arras. Haig, convencido de ganar la guerra solamente con la BEF, tenía ahora la excusa perfecta para lanzar una nueva ofensiva a gran escala en Flandes.

Bibliografía:

  • Gilbert, Martin: First World War. London, HarperCollins, 1995.
  • Howard, Michael: La Primera Guerra Mundial. Editorial Planeta, Barcelona, 2014.
  • Livesey, Anthony: Grandes Batallas de la I Guerra Mundial. Editorial Optima, Madrid, 1995.
  • Parker, Geoffrey: Historia de la guerra. Akal, Madrid, 2010.

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