Nuevo Avance en el Este: La Batalla de Lódz.

  Mientras que en el frente occidental, tras el fracaso de las operaciones del Plan Schlieffen, von Falkenhayn preparaba a sus ejércitos para lanzar una nueva ofensiva con la que ocupar los puertos del Canal, en el este los rusos se preparaban para lanzar una nueva ofensiva. A pesar de la gran victoria que supuso para los alemanes la batalla de Tannenberg, la debacle sufrida por sus aliados austrohúngaros durante la campaña de Galitzia y las noticias del avance de nuevas fuerzas rusas amenazaba con hacer cambiar las tornas. Max Hoffman, el jefe de operaciones de Hindenburg, escribía el 8 de octubre: “Aquí todo está bien… salvo los austríacos. ¡Ojala esos sujetos se pusieran de una vez en marcha! Han dejado que el éxito que les trajimos se les escape de las manos.”

  A principios de octubre, Luddendorf insistió a Falkenhayn de la urgente necesidad de refuerzos en el sector oriental para hacer frente a la nueva ofensiva rusa y ayudar a sus aliados en el sur. Los informes obtenidos avisaban de un nuevo avance ruso sobre la Prusia Oriental y de otro avance en el sur hacia Cracovia. Pero Falkenhayn se negó, puesto que lo primordial era el frente occidental, rebasar a las fuerzas inglesas, belgas y francesas y forzar a estos últimos a una rendición. El sector oriental no era primordial.

Varsovia.

Soldados rusos cruzando el Vístula
Soldados rusos cruzando el Vístula.

  En efecto los rusos estaban preparando una nueva ofensiva. Los éxitos en la campaña de Galitzia debían ser explotados, la región fue abandonada por las tropas de Conrad salvo la fortaleza de Przemysl, con una guarnición de más de 100.000 soldados austriacos estaba siendo amenazada. El ejército de Francisco José estaba en una situación delicada. Se habían visto obligados a retirarse hacia los Cárpatos y los soldados estaban desmoralizados y agotados. El conde Viktor Dankl escribió: “Los hombres ya no quieren avanzar más, nos faltan oficiales y los que quedan son tímidos. Esto se ha acabado. Hemos descendido al nivel de los rusos: los hombres solo quieren defender posiciones y vaciar las armas a bulto”.

  A mediados de octubre, con los rusos adentrándose en Galitzia, el mariscal austriaco Conrad, a pesar de la situación de debilidad de sus tropas, ordenó al ejército de Galitzia avanzar hacia el este, para marchar sobre Varsovia, donde también se dirigían las fuerzas de Hindenburg, con el objetivo de frenar el avance ruso hacia Cracovia. El 14 de octubre cruzaron el rio San, donde fueron atacados por la artillería rusa y la suya propia. Una unidad de asalto envió un mensaje a su retaguardia: “¡Por el amor de Dios, que nuestras baterías bombardeen a los rusos, no a nosotros!”. Los rusos consiguieron evitar el cruce del río San y los austriacos sufrieron un terrible número de bajas. Mientras, se volvía a lanzar un nuevo asalto ruso sobre Przemysl. El 3 de noviembre se permitió a los austriacos sitiados mandar sus últimas cartas antes de que la ciudad fuera cercada.

An engagement in Hungary between an Austro-Hungarian force and a body of Russian cavalry who had crossed the Carpathians from Galicia.
Recreación de una carga de caballeria rusa sobre tropas austrohúngaras en Galitzia.

  El mismo día que los austrohúngaros intentaban cruzar el San, las primeras fuerzas alemanas llegaban a Prushkow, a 12 km de Varsovia. Ese mismo día se produjo una de las primeras acciones aéreas de la guerra, cuando Varsovia fue bombardeada por aviones alemanes. Pero los rusos habían congregado varios cuerpos en la ciudad, y una semana después, el 21, Hindenburg se vio forzado a replegarse.

  El ejército de Galitzia había sido frenado, y de nuevo se veía obligado a replegarse. El ataque alemán sobre Varsovia y el avance austrohúngaro en el San habían conseguido frenar momentáneamente la marcha de los rusos hacia Cracovia, pero en cuanto Hindenburg se replegó el ejército ruso reanudó la ofensiva en Galitzia.

Batalla de Lódz.

  En la Stavka rusa, bajo el mando del Gran Duque Nicolás, había división de opiniones sobre donde realizar la siguiente ofensiva. El Gran Duque era partidario de centrarse en lanzar una nueva ofensiva sobre los alemanes en Prusia Oriental; pero el jefe del estado mayor, el general Mikhail Alekseev, proponía atacar más hacia el sur, a la provincia industrial alemana de Silesia, mientras que más al sur se proseguía el avance en Galitzia hacia la ciudad de Cracovia.

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Frente oriental y batalla de Lódz.

  A principio de noviembre la nueva ofensiva rusa se puso en marcha. Al mando de la operación estaba el general Nikolái Ruzsky, y sus fuerzas estaban compuestas por tres ejércitos. El I Ejército de Rennenkampf, formado por unidades totalmente nuevas tras las bajas que había sufrido, se colocaría a la derecha, al norte del Vístula. En el centro estaba el II Ejército del general Sergei Scheidemann, cuyo objetivo era avanzar en dirección a la ciudad de Lódz. En la izquierda el V Ejército de Pavel Plehve debía proteger al II de cualquier acción que se realizara por su flanco.

  En el cuartel general alemán, Hindenburg y Luddendorf habían recibido el mensaje interceptado que informaba de una nueva invasión rusa en dirección a Silesia. A su disposición contaban con el IX Ejército a las órdenes del general von Mackensen. El conde Conrad les prometió igualmente el apoyo con su II Ejército. El plan de Hindenburg era atacar el flanco más septentrional del ejército ruso y forzarles a entablar batalla y detener su avance. El 11 de noviembre sus tropas se pusieron en marcha gracias al excelente sistema ferroviario alemán, en dirección a Lódz.

Polen, Lodz nach deutscher Besetzung
Soldados alemanes en Lódz.

  El avance ruso no pudo empezar de peor manera. Rennenkampf estaba más preocupado en internarse en la Prusia Oriental que en proteger el flanco del ejército. El ala izquierda de Mackensen fue la primera en entrar en acción, con el I y XXV cuerpos de la reserva en la aldea de Kutno, al norte de Lódz, donde se unían el I y II ejércitos rusos. Frente a ellos estaba el V cuerpo del I Ejército de Rennenkampf, que ante la superioridad de la embestida se vio obligado a retirarse, perdiendo así contacto con el II Ejército, que ya había llegado a Lódz.

  Ruzsky tardó unos preciados días en comprender la escala real del ataque alemán en su flanco. El II Ejército había quedado descolgado de Rennenkampf y las tropas de Mackensen estaban comenzando a cercar la ciudad de Lódz, amenazando con la destrucción de otro ejército más. El 19 de noviembre el general Plehve recibía el siguiente mensaje: “¡el 2º Ejército está rodeado y se verá obligado a rendirse!”. Tanto Plehve como sus oficiales decidieron actuar por iniciativa propia, puesto que no habían recibido nuevas órdenes del cuartel general, y desviaron algunas de sus fuerzas hacia Lódz. Estas fuerzas marcharon con una velocidad inesperada para el ejército ruso, que hasta ese momento se había caracterizado por una gran lentitud de movimientos, y llegaron a la ciudad antes de que los alemanes hubieran completado el cerco.

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August von Mackensen.

  La llegada de estos refuerzos cambió la situación. Ahora las fuerzas alemanes de Luddendorf, unos 200.000 hombres aproximadamente, tenían delante a casi medio millón de soldados rusos. Durante la semana siguiente los combates se fueron estancando y la ofensiva alemana perdió energía. Los rusos les doblaban en número y ocupaban buenas posiciones defensivas. Las tornas habían cambiado hasta el punto de que tres divisiones alemanes fueron cercadas al este de la ciudad y consiguieron salvarse gracias a que Mackensen envió dos cuerpos en su ayuda para abrir una brecha, consiguiendo además capturar 16.000 prisiones rusos.

  Durante la última semana de noviembre los combates fueron perdiendo intensidad, debido al agotamiento y la escasez de municiones. Aunque Luddendorf había fracasado en su ofensiva, el ejército ruso también se vio obligado a admitir que el golpe de efecto que debían haber dado ya no podía producirse. Tras haber sufrido una 100.000 bajas, Ruzsky ordenó a sus tropas retirarse hacia el interior de Polonia.

Llega el invierno.

The Battle of Limanowa took place from 1 December to 13 December 1914, between the Austro-Hungarian Army and the Russian Army near the town of Limanowa
Recreación de unos soldados alemanes transportando un cañón durante la batalla de Limanowa.

  En el sur, el general Ivanov quería lanzar una nueva ofensiva sobre los austríacos, pero para ello el grupo de ejércitos de Ruzsky debería avanzar para proteger su flanco derecho. Pero las tropas rusas estaban agotadas. Apenas quedaban municiones, y la llegada del frio y la nieve hacía imposible el cavar trincheras con las que protegerse. Muchos soldados murieron de frio. Finalmente serían los austrohúngaros quienes lanzarían una ofensiva a principios de diciembre, que tuvo pequeños éxitos.

  Los alemanes avanzaron de nuevo hacia Varsovia, donde los ejércitos rusos se fortificaron a lo largo de los ríos cercanos a la ciudad. Ambos bandos cavaron trincheras para pasar el invierno, en un frente que quedo estático hasta mayo del año siguiente.

  Al igual que en el resto de teatros de operaciones, nada había quedado decidido para ningún bando cuando el invierno llegó. Solo una cosa había quedado clara: el ejército austrohúngaro había quedado profundamente dañado y ya no volvería a ser un arma efectiva. A partir de ese momento, las acciones llevadas a cabo por los ejércitos alemanes en el frente oriental estaban destinadas a proteger a su aliado y evitar que este quedara fuera de la guerra.